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Procedimientos Frecuentes
Tratamiento para las Verrugas
El tratamiento para las verrugas puede incluir medicamentos tópicos, crioterapia, electrocauterización, terapia láser y extirpación quirúrgica.
Solución a la Psoriasis
El tratamiento de la psoriasis puede incluir medicamentos tópicos, terapias de luz, medicamentos orales y cambios en el estilo de vida.
Extracción de Lipomas
La extracción de lipomas es un procedimiento quirúrgico menor en el que se retiran los lipomas de la piel mediante una incisión.
Tratamiento Láser para la Rosácea
El tratamiento con láser para la rosácea utiliza luz pulsada intensa para reducir el enrojecimiento y los vasos sanguíneos dilatados en la piel.
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Porque Clínica Merced cuenta con toda la normativa que rige su condición de establecimiento de salud. Por ello, enseñamos Resolución Exenta Nº 027725. Finalmente, te esperamos para dar lo mejor de lo nuestro.
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Entrevistas y Procedimientos - Unidad de Dermatología
Los dermatólogos de Clínica Merced son médicos especializados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y trastornos relacionados con la piel, cabello y uñas. Nuestros especialistas, también tratan problemas relacionados con la mucosa de la boca y los genitales externos.
Preguntas Frecuentes
La psoriasis es una enfermedad autoinmunitaria de la piel que puede causar enrojecimiento, descamación y picazón. No tiene cura, pero hay muchos tratamientos disponibles que pueden ayudar a aliviar los síntomas y reducir las lesiones. A continuación, se describen algunos tratamientos comunes:
Terapia tópica: Las cremas y lociones tópicas, como los corticosteroides y los retinoides, pueden ayudar a reducir la inflamación y la picazón en la piel afectada.
Fototerapia: La exposición controlada a la luz ultravioleta puede ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento de la piel afectada por la psoriasis.
Medicamentos sistémicos: Los medicamentos sistémicos se usan para tratar la psoriasis moderada a grave y se toman por vía oral o se inyectan. Estos incluyen medicamentos inmunosupresores, y los medicamentos biológicos.
Terapias complementarias: Además de los tratamientos médicos, algunas personas con psoriasis encuentran alivio con terapias complementarias, como la acupuntura, la meditación, el yoga y los masajes.
Es importante destacar que cada persona con psoriasis es diferente, y puede ser necesario probar varios tratamientos antes de encontrar uno que funcione.
Es importante trabajar con un dermatólogo para encontrar el tratamiento adecuado para usted.
El herpes zóster, también conocido como «culebrilla», es una infección viral que afecta a los nervios y a la piel. Es causada por el virus de la varicela-zóster, el mismo virus que causa la varicela en los niños. Después de la varicela, el virus permanece inactivo en el sistema nervioso durante años, pero puede reactivarse en la edad adulta, provocando herpes zóster.
Los síntomas del herpes zóster incluyen dolor, ardor, picazón y sensación de hormigueo en un lado del cuerpo, generalmente en el torso, pero también puede afectar la cara y los ojos. También puede aparecer una erupción cutánea con ampollas, que puede durar de 2 a 4 semanas.
El herpes zóster puede ser tratado con antivirales para acelerar la curación y reducir el dolor. Los analgésicos también pueden ser útiles para aliviar el dolor. Además, hay una vacuna disponible para prevenir el herpes zóster en personas mayores de 50 años.
Si crees que puedes tener herpes zóster, es importante consultar a un dermatólogo o médico especializado para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.
El molusco contagioso es una infección viral de la piel que se caracteriza por la aparición de pequeñas protuberancias redondas y elevadas en la piel. Estas protuberancias suelen tener un diámetro de 2 a 5 milímetros, tienen un color rosado o de la piel y pueden ser lisas o tener una superficie áspera.
El molusco contagioso es causado por el virus del molusco contagioso y se puede propagar por contacto directo con la piel infectada, por contacto con objetos contaminados (como toallas o ropa) y, en algunos casos, por contacto sexual.
En la mayoría de los casos, el molusco contagioso no causa síntomas graves y desaparece por sí solo después de varios meses. Sin embargo, en personas con sistemas inmunológicos debilitados o en áreas de la piel más sensibles, pueden aparecer protuberancias más grandes o en mayor cantidad y pueden ser más difíciles de tratar.
El tratamiento para el molusco contagioso puede incluir la aplicación de una solución tópica, la eliminación mecánica de las protuberancias (por ejemplo, con nitrógeno líquido) o, en algunos casos, el uso de medicamentos antivirales. Es importante que un dermatólogo o médico especializado diagnostique y trate el molusco contagioso, ya que puede haber complicaciones si se deja sin tratar o si se trata incorrectamente. Además, para prevenir la propagación del virus, se deben evitar el contacto con la piel infectada y tomar medidas de higiene adecuadas, como lavarse las manos con frecuencia.
Un lipoma es un tumor benigno que se forma a partir de células grasas. A menudo, aparecen debajo de la piel en áreas como el cuello, los hombros, la espalda, los brazos y las piernas, aunque también pueden encontrarse en otros lugares del cuerpo. Los lipomas son más comunes en personas mayores de 40 años, pero también pueden ocurrir en personas más jóvenes.
Los lipomas generalmente tienen una apariencia redonda u ovalada, son suaves al tacto y se mueven fácilmente debajo de la piel. A menudo, no causan dolor ni otros síntomas, pero pueden aumentar de tamaño con el tiempo.
La mayoría de los lipomas no necesitan tratamiento, ya que son benignos y no representan un riesgo para la salud. Sin embargo, si el lipoma es grande, está causando molestias o se encuentra en una ubicación donde puede afectar la función normal del cuerpo, puede ser necesario extirparlo mediante cirugía.
Es importante que un dermatólogo o médico especializado diagnostique un lipoma, ya que a veces puede ser difícil distinguirlo de otros tumores que pueden ser más graves. Además, si se observan cambios en la forma, tamaño o color del bulto, es importante que se lo examinen de nuevo para asegurarse de que no se está produciendo ningún cambio maligno.
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla en las células productoras de pigmento (melanocitos) de la piel. Es un tipo de cáncer grave que puede propagarse rápidamente a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo.
Los síntomas del melanoma incluyen la aparición de una nueva mancha o lunar en la piel o un cambio en una mancha o lunar existente, como un aumento de tamaño, cambio de forma, borrosidad en los bordes, cambios en el color o la aparición de picazón, dolor o sangrado.
El melanoma es más común en personas con piel clara, cabello rubio o pelirrojo y ojos claros, aunque puede ocurrir en cualquier persona. Los factores de riesgo para el melanoma incluyen la exposición al sol sin protección, el uso de camas solares, antecedentes familiares de melanoma y tener muchos lunares o manchas de nacimiento.
El diagnóstico del melanoma implica una biopsia de la lesión sospechosa de cáncer. Si se confirma el melanoma, el tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el melanoma y cualquier tejido circundante afectado, así como la inmunoterapia, la quimioterapia y la radioterapia, según el grado de propagación del cáncer.
Es importante que cualquier cambio en la piel se revise por un dermatólogo o médico especializado para detectar cualquier signo de cáncer de piel, incluyendo el melanoma. Además, la prevención es clave en la reducción del riesgo de melanoma, lo que incluye el uso de protector solar, evitar la exposición al sol en horas pico y evitar el uso de camas solares.
El granuloma es una lesión que se forma en la piel o en otros tejidos del cuerpo en respuesta a una infección o inflamación crónica. Es una masa de células inflamatorias rodeadas por una cápsula de tejido fibroso. Los granulomas pueden formarse en diferentes partes del cuerpo, incluyendo los pulmones, la piel, los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo y los huesos.
Hay varias causas que pueden llevar a la formación de granulomas, como infecciones bacterianas, fúngicas o virales, enfermedades autoinmunitarias, exposición a ciertos productos químicos o materiales, y algunos medicamentos.
Los síntomas de un granuloma pueden variar dependiendo de la ubicación del mismo, pero pueden incluir enrojecimiento, hinchazón, dolor, picazón, y la formación de una masa palpable. El diagnóstico se hace a través de una biopsia de la lesión, la cual se examina bajo un microscopio.
El tratamiento del granuloma depende de la causa subyacente. Si se trata de una infección, se utilizarán antibióticos o antifúngicos para combatirla. Si el granuloma es causado por una enfermedad autoinmunitaria, se pueden utilizar corticosteroides para reducir la inflamación. En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para extirpar el granuloma.
Es importante tratar la causa subyacente del granuloma para evitar complicaciones a largo plazo. Si tiene una lesión sospechosa en la piel o en otra parte del cuerpo, consulte a un dermatólogo o a un médico especializado para que pueda ser evaluado y tratado adecuadamente.
Las verrugas son crecimientos no cancerosos de la piel causados por el virus del papiloma humano (VPH). Se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en las manos, los pies y los genitales.
Las verrugas pueden tener una apariencia rugosa, elevada y dura, con una superficie irregular y áspera. Pueden ser del color de la piel o más oscuros, y a menudo tienen pequeños puntos negros que se parecen a las semillas de la papaya.
Las verrugas pueden ser contagiosas y pueden propagarse por contacto directo con una verruga o superficie infectada. También pueden propagarse por compartir objetos personales, como toallas o zapatos, con alguien que tenga verrugas.
El tratamiento de las verrugas puede incluir la aplicación de ácido salicílico, crioterapia (congelación con nitrógeno líquido), electrocauterización, láser o extirpación quirúrgica. También hay ciertas medidas preventivas que se pueden tomar, como lavarse las manos regularmente, evitar tocar verrugas, no compartir objetos personales y usar calzado en áreas públicas, como las duchas.
Es importante que un dermatólogo o médico especializado diagnostique las verrugas, ya que a veces pueden ser difíciles de distinguir de otros tipos de lesiones de la piel.
La rosácea es una afección crónica de la piel que se caracteriza por enrojecimiento facial, inflamación, pápulas y pústulas enrojecidas, dilatación de los vasos sanguíneos faciales y una sensación de ardor o escozor en la piel. La rosácea afecta principalmente a las mejillas, la nariz, la frente y la barbilla, pero también puede afectar los ojos y la piel del cuello, el pecho y la espalda.
Aunque se desconoce la causa exacta de la rosácea, se cree que factores como la exposición al sol, el estrés, el consumo de alcohol y ciertos alimentos, como los picantes o calientes, pueden desencadenar o empeorar los síntomas de la rosácea. La rosácea también puede tener una base genética y hay ciertas afecciones médicas que pueden imitar los síntomas de la rosácea, como la dermatitis seborreica o la lupus eritematoso.
El tratamiento de la rosácea incluye medidas preventivas para evitar los desencadenantes, como proteger la piel del sol y evitar el consumo de alcohol y alimentos que puedan empeorar los síntomas. Además, los médicos pueden recetar cremas y geles tópicos para reducir la inflamación y las lesiones de la piel, así como medicamentos orales para casos más graves. También existen tratamientos con láser y luz pulsada intensa que pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y la inflamación.
Es importante consultar a un dermatólogo o a un médico especializado si sospecha que tiene rosácea para que pueda ser diagnosticado y tratado adecuadamente. Además, se deben tomar medidas preventivas para evitar el agravamiento de los síntomas y reducir el impacto de la afección en la calidad de vida.
La queratosis es una afección de la piel que se caracteriza por la aparición de lesiones escamosas y gruesas en la piel. Estas lesiones pueden variar en tamaño y apariencia, y pueden tener un color rojizo, marrón o amarillento.
Existen varios tipos de queratosis, como la queratosis actínica, la queratosis seborreica y la queratosis pilaris, entre otras. La queratosis actínica es causada por la exposición prolongada al sol y se presenta como lesiones escamosas y ásperas en áreas expuestas al sol, como la cara, las manos y los brazos. La queratosis seborreica, por otro lado, es una afección benigna que se caracteriza por la aparición de lesiones escamosas y grasas en la piel. La queratosis pilaris es una afección común de la piel que se caracteriza por pequeñas protuberancias ásperas y elevadas en la piel, especialmente en los brazos, los muslos, las mejillas y los glúteos.
El tratamiento de la queratosis depende del tipo y la gravedad de la afección. Para la queratosis actínica, el tratamiento puede incluir la aplicación de cremas tópicas que contienen ácido salicílico, ácido láctico o urea, la crioterapia con nitrógeno líquido o la eliminación quirúrgica de las lesiones. Para la queratosis seborreica, no se suele requerir tratamiento, aunque las lesiones pueden ser eliminadas por razones estéticas si lo desea el paciente. Para la queratosis pilaris, el tratamiento puede incluir la aplicación de cremas y lociones exfoliantes, cremas tópicas que contienen retinoides o corticosteroides, y medidas preventivas, como evitar la exposición a temperaturas extremas y usar ropa suave y no apretada.
Es importante que un dermatólogo o un médico especializado diagnostique y trate la queratosis, ya que puede ser difícil de distinguir de otras afecciones de la piel. Además, es importante tomar medidas preventivas, como proteger la piel del sol y evitar el consumo de tabaco y alcohol, para reducir el riesgo de desarrollar queratosis en el futuro.
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